Cambian los tiempos. Parece mentira que la ciudadanía sea tan inconsciente. La democracia es generosa. Importantes asuntos, decisiones cruciales, gestiones fundamentales recaen en personas avaladas por las urnas y teñidas de una manifiesta incapacidad para gobernar. Faltan políticos de clase, de envergadura, de preparación. Alguien dijo, para estar en política tienes que ser capaz de tragarte un sapo y no vomitar. Puede que ese sea el mérito. Ese y la ambición. En tiempos de crisis siempre pagan los más débiles. No me extraña que la indignación esté en las calles. Cambia el tiempo y nos trae nubarrones muy grises.