Nombrar Verona es decir Stefano, Alessandro, Silvia, Elena, Donato, Maria Rosa... Llegar a Verona son tardes de conversación, de risas con risoto, brindis con valpolicella y canciones de Celentano. Vivir en Verona son paseos por el Adige, la visión de Veronese, la ópera de la Arena y el descanso en la Plaza delle Erbe. Marcharse de Verona es tocar los muros de la puerta Borsari, acariciar con la mirada sus colinas y gritar en la tumba de Salgari ¿Oh Capitán... mi capitán!, nuestro viaje apenas ha comenzado.
1 comentario:
Suponemos que Verona es una bonita ciudad, que le acoge a usted con familiaridad. Y nos encantaría probar ese vino con el que alarga las sobremesas con sus amigos, pero... Sr. Adolga, por favor escríbanos otra entrada, ¿por qué nos somete a esta larga espera?
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